Costa Rica inicialmente se convirtió en un destino importante para la música clásica en 1970, cuando el director invitado, Gerald Brown, de origen estadounidense, creó la Orquesta Sinfónica Nacional. Desde su fundación, la Orquesta Sinfónica Nacional también ha sido dirigida por el reconocido director estadounidense Irwin Hoffman y actúa, en el presente, bajo la dirección de Chosei Komatsu, de nacionalidad japonesa, quien se desempeñó anteriormente como director principal de la

Orquesta Filarmónica de Tokio.

La Orquesta Sinfónica Nacional, que se compone principalmente de músicos costarricenses, tiene su temporada de abril a noviembre. Durante ese tiempo, los visitantes pueden ir al Teatro Nacional a presenciar conciertos todos los jueves y viernes por la noche y el sábado por la tarde. La orquesta suele acoger reconocidos internacionalmente solistas y directores invitados, por lo que los visitantes pueden informarse de antemano sí algún artista reconocido se presentará durante su estadía en el país.

Locales de Música Clásica

Los fans de la música clásica coral pueden presenciar una actuación de la Cámara Coral Sura, que fue fundada en 1989. El coro está formado por talentosos artistas de dos de las universidades estatales de Costa Rica que presentan habitualmente música que va desde el Renacimiento hasta géneros contemporáneos.

Otros lugares que con frecuencia albergan representaciones de música clásica son el Instituto Goethe, la Alianza Francesa, el Museo de Arte Costarricense y el Centro Cultural Costarricense-Norteamericano.

Festival Internacional de Música

El evento más importante en el calendario de la música clásica de Costa Rica, sin embargo, es el Festival Internacional de Música, que se celebra durante las dos últimas semanas del mes de agosto de cada año. El festival se caracteriza por las actuaciones de músicos de renombre internacional en diversas salas de todo el país, incluyendo el Teatro Nacional y la Catedral Metropolitana de la ciudad capital de San José.

En el 2010, el festival se inauguró en San José con Kirill Gliadkovsky, un pianista famoso de Rusia. Interpretando, Gliadkovsky, con el gran órgano de la Catedral Metropolitana, piezas escritas por respetados compositores clásicos como Pachelbel, Clerambault, Handel, Bach, Liszt y Boellman, el pianista estuvo acompañado, en particular, por su hija Anastasia de 11 años de edad, para la ejecución de un movimiento escrito por Bach, quien al final, se ganó grandes aplausos de una audiencia entusiasmada.

Además de Gliadkovsky, hubo artistas notables en el festival 2010, que incluyó también al cuarteto de españoles Albéniz, la música de cámara grupo coreano Jeong Ga Ak Hoe, el dúo alemán-costarricense Hanstedt-Schopp, el grupo estadounidense a capella Tenet y el famoso coro de los Niños de Viena.

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